Benito Vázquez, es el fundador de nuestra bodega, distinguido como Caballero del Albariño y condecorado con una Medalla de Galicia en el año 2005 por su trayectoria emprendedora, ya que fue un impulsor de las primeras plantaciones de albariño en los años 70. En la actualidad, nuestra bodega familiar sigue su senda con nuevas iniciativas y proyectos.
En el año 2001 se construyeron las nuevas instalaciones. Es un edificio funcional, bajo tierra en la cara Sur y distribuido en 4 alturas. Se procesa la cosecha por gravedad: recepción de la uva, despalillado, maceración, prensado y escurrido hasta el desfangado estático de los mostos.
El trabajo en el viñedo, con abonados equilibrados y la ausencia de tratamientos fitosanitarios en período de maduración de la uva en agosto-septiembre, permite producir una cosecha sana y con levaduras indígenas en la piel de las uvas que realizarán la fermentación alcohólica de nuestros vinos en bodega.
La variedad mayoritaria es albariño, pero también plantamos los cepajes autóctonos loureira y treixadura. Los suelos son de origen de roca granítica y de constitución arenosa. El pH es ligeramente ácido. Los emparrados construidos con la piedra de granito local, en los que la vegetación se conduce horizontal, son una de las señas de identidad de nuestros viñedos.
Las cubiertas vegetales permanentes en nuestros viñedos es una técnica muy importante para que se establezcan hierbas aromáticas y mantener la biodiversidad y salud del medio natural. En el viñedo prolifera la fauna auxiliar y el control de plagas y enfermedades se realiza reduciendo al máximo las aplicaciones fitosanitarias mediante una agricultura de precisión. La recolección y selección manual de la cosecha en cajas de 18 kg permite que las uvas lleguen a bodega sin daños por roturas La uva recolectada es procesada fresca, de forma continua y sin almacenamientos intermedios.
En todas las elaboraciones se macera la cosecha extrayéndose las esencias aromáticas y los polifenoles concentrados en la piel de la uva. Además, tras la fermentación alcohólica con levaduras indígenas, se realiza la fermentación maloláctica y, durante algunos meses, los vinos maduran sobre lías finas, obteniéndose vinos equilibrados y sutiles.