¿Alguna vez te has preguntado por qué en la D.O. Rías Baixas empleamos la parra como sistema mayoritario de conducción? ¿O quizás ni sabes ni lo que es un sistema de conducción? ¿A qué te suena espaldera? En este post desvelamos todos los detalles porque los sistemas de conducción son variados, se eligen por diferentes motivos y tienen un enorme peso. ¡Nada en el mundo de la viticultura y en la D.O. Rías Baixas es por azar!
Los sistemas de conducción son el modo o estructura que los viticultores dan a sus vides para favorecer su desarrollo de acuerdo con las condiciones meteorológicas y del suelo que tiene cada parcela de cultivo. En España existen fundamentalmente tres; el vaso, la espaldera y el emparrado, aunque dentro de algunos de estos grandes tipos existen variantes como el cordón simple o doble en el caso de la espaldera o empalizada.
Qué es el emparrado
El emparrado es el sistema tradicional de conducción de la vid en Rías Baixas, en el que las vides se desarrollan en un plano horizontal. Las cepas de la vid, que es una planta trepadora, se plantan junto a pilares, tradicionalmente de granito, pero también de hormigón de entre 1 y 2 metros de alto, unidos entre sí por guías de alambre.
Cuando se planta por primera vez una cepa, el viticultor va guiándola durante su crecimiento para que trepe por el pilar y luego continúe por esas guías de alambre. Esta forma se da mediante el atado de la vid a esos elementos de sujeción. Cuando la cepa es madura, la parte vertical es la más leñosa y se corresponde al tronco, y la horizontal está compuesta por los brazos (ramas, leñosas también), sarmientos o pámpanos cuando son verdes, que son las ramas que crecen cada año y en las que se desarrollan hojas y racimos.
Gestión del emparrado; los sarmientos y los pámpanos
El atado de las viñas debe repetirse cada año en cepas maduras, después de la poda, para dirigir y conducir los sarmientos para que den lugar a nuevos pámpanos, hojas y racimos en primavera. Es en esta estación cuando la vegetación crece más y cubre totalmente la parte superior de la parra, configurando esa estructura característica de túnel verde que caracteriza la imagen de los viñedos de nuestra D.O., especialmente en la subzona del Val do Salnés.
Cuando los pámpanos de la vid crecen, las hojas están en contacto directo con el sol, para fomentar la fotosíntesis, mientras que los racimos cuelgan debajo de ellas, protegidas de la insolación directa, pero aireadas siempre.
Por qué la parra es el sistema tradicional de Rías Baixas
El emparrado o parral es el sistema más tradicional y extendido en las Rías Baixas por varios motivos, que tienen que ver con el vigor de las variedades autóctonas, con el clima y con la tradición en el uso del suelo en un territorio como el nuestro, dominado por el minifundismo.
Las variedades autóctonas de vid que cultivamos en la D.O. Rías Baixas, como la Albariño, tienen un gran desarrollo vegetativo; la vegetación crece mucho y el sistema de emparrado permite darle espacio. A la vez, con este sistema y como decíamos antes, las hojas obtienen un grado de insolación o exposición a la luz del sol que promueve el desarrollo de la planta.
Pero, sobre todo, este sistema, permite que los pámpanos, hojas y racimos crezcan lejos del suelo y de la humedad en una estación lluviosa como es la primavera en Rías Baixas. Esto unido a que los racimos quedan colgados y permanentemente aireados, protege la planta de los hongos de la vid; el oídio, el mildiu y la botrytis. Esos racimos colgados se liberan de las hojas circundantes en los días previos a la vendimia para facilitar la cosecha que, como quizás ya sepas, en la Denominación de Origen Rías Baixas se realiza exclusivamente de forma manual, racimo a racimo.
La importancia de la economía de autoconsumo
Añadido a todo esto, hay que tener en cuenta que, durante siglos, el cultivo de la vid en la D.O. Rías Baixas fue una actividad doméstica, destinada al autoconsumo familiar, y en tiempos de escasez se aprovechaba cada pedazo de terreno para plantar otros cultivos que garantizasen la alimentación de la unidad familiar. Hoy en día ya no se usa el bajo de la parra con ese fin, pero muchos viticultores aprovechan estos suelos para plantar o dejar crecer especies beneficiosas para la vid o para los insectos depredadores de algunas plagas que atacan el viñedo. Es lo que se llama gestión de cubiertas vegetales permanentes, que se mantienen bajo control para evitar un crecimiento desorbitado, aunque sin usar herbicidas.
Pero, ¿qué es lo más importante de la parra? Que este sistema permite obtener unos buenos rendimientos de cosecha y una uva de calidad además de permitir una aplicación adecuada de los tratamientos fitosanitarios contra las enfermedades fúngicas.
La espaldera. ¿Por qué y para qué?
La espaldera es otro de los sistemas de conducción de la vid que se emplean en la D.O. Rías Baixas, aunque en menor medida que el parral. Las cepas se plantan a lo largo de líneas de postes verticales de entre 1 y 2 metros unidos por líneas de alambre o cable por los que la planta trepa y se desarrolla en vertical.
Con todos los beneficios de la parra, ¿por qué existen viñedos en espaldera en algunas parcelas y bodegas de la D.O. Rías Baixas? También por varios motivos. Primero, porque la espaldera se utiliza por lo general en terrenos a mayor altitud, donde el suelo es menos profundo, con menor acumulación de la humedad y, por lo tanto, no necesita alejar sus partes verdes del suelo para evitar las enfermedades de la vid. En estos terrenos la planta crece adaptada para soportar mejor en tiempos de sequía, y desarrolla toda su capacidad para profundizar en el terreno en caso de escasez de agua.
Por este motivo, la espaldera también se utiliza en áreas de clima más seco, en laderas de valles y con orientaciones que permiten una mayor insolación de las hojas en un sistema de empalizada vertical. En espaldera es más sencillo que los racimos reciban la luz del sol, y modular la vegetación para protegerlos en la época más cálida del verano.
Pero a todo esto se une un motivo económico y es que el emparrado ocupa mucho más espacio que la espaldera, que permite plantar más cepas en menor superficie. Además, es más fácil de vendimiar y de podar y requiere menos personal, porque se deshoja, vendimia y poda más rápido. Además, al aplicar tratamientos fitosanitarios contra las enfermedades de la vid en una espaldera se produce una menor deriva, lo que permite un uso más eficiente.
¿Qué sistema de conducción es mejor? ¿Parra o espaldera?
Como ves, en la D.O. Rías Baixas no hay un sistema mejor que el otro, sino que cada uno tiene sus ventajas y se adapta mejor a los diferentes tipos de suelos, orientaciones, climas y latitudes en los que se encuentran las parcelas de cultivo de nuestras variedades de uva autóctonas. La elección de uno u otro también depende de la estrategia enológica que cada bodega desarrolla para obtener vinos de un determinado perfil, ya que como ya te hemos contado, la variedad Albariño tiene una extraordinaria capacidad de absorber y trasladar a los vinos el terroir en el que crece.
Así que nuestras bodegas y viticultores, como en el resto de las facetas de su trabajo, eligen el sistema de conducción de sus parcelas más adecuado para obtener unas uvas más sanas, de la mayor calidad y con el nivel de maduración perfecto para elaborar vinos extraordinarios con los que llenar tu copa. ¡Un trabajazo!, ¿no crees?