Vino blanco y frío es ya una filosofía de consumo que se hace más obvia si hablamos de los albariños que cosechamos bajo la Denominación de Origen Rías Baixas. Y aunque con las altas temperaturas del verano nos parezca normal consumirlo muy fresquito, lo cierto es que se recomienda tomarlo a una temperatura entre 9 y 11 grados durante todo el año. Hemos comentado en otro post sobre el almacenamiento del vino que la clave está en no consumirlo ni muy caliente, con mayor grado de alcohol, ni excesivamente frío, para conservar los matices y el bouquet de un vino tan afrutado como es el albariño. Por eso, hoy te proponemos un enfriador que permita no tener que utilizar cubiteras ni mantener la botella en la nevera.
Se llama Winesceptre y mantiene el vino a la temperatura ideal durante 45 minutos y permite además, con sutileza, que no llegue a verterse ni una gota de vino una vez hayamos colocado el enfriador en el interior de la botella. Diseñado para no pasar desapercibido, su elegancia gana puntos al explicar su proceso de uso. Tan sólo hay que guardarlo previamente en el congelador durante dos horas para que, una vez abierta la botella de albariño, lo introduzcas en la botella, donde permanecerá mientras se sirve el vino. Con un simple giro del abridor se puede comenzar a servir, y viceversa. ¡Fácil y sencillo, a la vez que práctico! Entre sus ventajas destaca, además, que el tubo protector está hecho de acero inoxidable, lo que beneficia su higiene. Después de usarlo sólo es necesario lavarlo y volver a meterlo en el congelador para que el siguiente brindis esté a la temperatura idónea. Como consejo final, recordad que los vinos blancos almacenados en la nevera para poder tomarlos fríos, provoca que el corcho se endurezca, lo que hace más difícil el descorche y que acabe por romperse. Toma nota pues del vídeo que explica las ventajas del enfriador Winesceptre. En próximos artículos presentaremos otros modelos y utensilios igual de funcionales.