La llegada de la primavera es uno de los momentos de mayor expectación para viticultores, bodegueros y, en general, para todas las personas que guardan alguna relación con el mundo del vino. Esto se debe a que la vid experimenta un ciclo vegetativo anual que comienza ahora, en marzo, con el inicio de la primavera.
A lo largo de los siguientes meses, la vid comenzará a crecer, a desarrollarse y aparecerán los esperados racimos de uvas que se vendimiarán a lo largo de los meses de septiembre y octubre. Pero… ¿Cuáles son esas primeras fases del ciclo de la vid? Te contamos todos los procesos que experimenta la vid en los viñedos a lo largo de los meses de primavera en la Denominación de Origen Rías Baixas.
Como ya te hemos adelantado, cada mes de marzo tiene lugar el nacimiento de la vid con la llegada de la primavera. Sin embargo, desde que se produce la vendimia (septiembre-octubre) hasta este momento, la vid se mantiene en estado de latencia, unos meses durante los cuales deben realizarse una serie de tareas importantísimas en viñedo para que, precisamente, la vid llegue a la brotación en perfectas condiciones para iniciar su desarrollo.
La etapa de brotación está muy ligada a otro increíble proceso que se produce en esta época: el lloro de la vid. La savia que circula por la vid, desde la raíz hasta los sarmientos, mana por los cortes de la poda de invierno, indicando el inicio de la planta a la vida. Así la planta se prepara para la brotación.
Esta primera etapa, conocida como brotación, coincide con la aparición en las vides de los primeros brotes verdes. Este fenómeno tiene lugar en primavera porque es el momento en el que se produce el conocido como umbral de crecimiento, ese momento en el que las temperaturas se sitúan en torno a los 4-5ºC y continúan subiendo hasta alcanzar una media de 10ºC, el cero vegetativo o momento en el que podemos observar borra en las yemas. Se conoce como borra a la pelusa que protege las primeras yemas de las que poco a poco irán naciendo esos brotes verdes o pámpanos. Esos brotes continuarán su crecimiento hasta convertirse en nuevas hojas.
En este post te contamos más sobre la fase de brotación y lloro de la vid, un acontecimiento que merece la pena ver en primera persona y fácilmente observable durante las primeras mañanas primaverales en todos los viñedos de la D.O. Rías Baixas.
Conforme las temperaturas van subiendo, el ciclo vegetativo de la vid continúa su proceso. A lo largo de los meses de abril y mayo comienzan a surgir las primeras hojas, las cuales realizarán la fotosíntesis para acumular todas las moléculas de azúcar y ácidos que tanto determinarán finalmente el sabor de la uva y, cómo no podía ser de otra manera, el del vino.
Las labores en viñedo no cesan durante esta fase. De hecho, los viticultores han de realizar un trabajo vital para el correcto desarrollo de la planta, que es la eliminación del exceso de brotes, ya que de existir demasiados, puede que nunca lleguen a desarrollarse por completo.
En resumen, las yemas crecen poco a poco. Si te acercas a un viñedo podrás observar cómo aparecen pequeñas plantas en miniatura con hojitas, pequeños tallos e incluso diminutos racimos. Recuerda que lo primero en desarrollarse son las hojas y, con el tiempo, lo harán los racimos de uvas.
La unión entre temperaturas más elevadas y un aporte hídrico suficiente serán los elementos esenciales para que la foliación se desarrolle al 100%.
La recta final de la primavera trae consigo un aumento de las temperaturas que produce un efecto muy importante en la vid, el de la floración. Esta fase tiene lugar en torno a finales de mayo y principios de junio. Los viñedos de la D.O. Rías Baixas comienzan a vestirse de pequeñas flores blancas, de entre 2-3 milímetros de longitud.
¡Hay que prestar especial atención a otro de los cambios más característicos de la fase de floración! Los pequeños racimos comenzarán su desarrollo y, para ello, comienzan a separarse, lo que les permite recibir mayor cantidad de luz solar y viento, ¡pero no solo eso! Esta separación es importante para que los principales agentes polinizadores también hagan su trabajo.
Son muchos los insectos, como abejas, mariposas o polillas las responsables de transferir el polen desde los estambres hasta el estigma de la flor, lo cual ayudará a fecundar los óvulos de la misma. Échale un ojo a nuestro post sobre la polinización de la vid en nuestro Blog y descubre con detalle cómo se desarrolla este interesante proceso.
Las condiciones climatológicas favorables son necesarias a lo largo de todo el proceso vegetativo de la vid, pero especialmente durante la floración. Esto se debe a que la vid necesita una menor cantidad de lluvia y una gran cantidad de sol para desarrollarse perfectamente. Es más, la floración es tan importante que de ella dependerá la fecha y volumen de la cosecha. Por lo tanto, si estamos ante un año de floración temprana, lo más probable es que la vendimia también se adelante.
¿Y tú?, ¿conocías todas las fases del ciclo vegetativo de la vid que tienen lugar en primavera? Recuerda que esto es lo que ocurre en los viñedos de la D.O. Rías Baixas, pero en otras Denominaciones de Origen los tiempos pueden variar. ¡Incluso en los viñedos de la D.O. Rías Baixas hay diferencias! Las subzonas situadas más al norte, como Ribeira do Ulla o los viñedos de O Salnés acostumbran a tener una vendimia más tardía que en el sur, como en O Rosal, ya que las condiciones climatológicas, como las temperaturas ligeramente más cálidas y menos lluvias del sur, favorecen que se produzca antes.
Si quieres conocer el estado de nuestros viñedos a lo largo de todos los meses de primavera, síguenos en nuestras redes sociales. ¡Podrás ver imágenes y vídeos de la evolución de las viñas!