Bodegas Aguiuncho es netamente familiar, con todo lo que ello implica. Cada viñedo tiene su historia, su nombre, su personalidad. Tenemos unos viñedos orientados al Atlántico, en la Ría de Pontevedra. Con el paso de los años hemos apreciado todo lo que la cercanía al mar aporta a estos viñedos. La diferencia de temperatura entre día y noche que se ve acusada por la brisa marina retarda la maduración, mantiene la acidez y aumentan especialmente los aromas. Y la salinidad del agua aumenta los azúcares. Producen una uva de excelente calidad, rica en matices. Poseen aromas florales y frutados, finos y distinguidos.
Todo este carácter que imprime el mar a nuestras uvas no podía pasar desapercibido y de ahí nace un sueño, un proyecto familiar, un nuevo vino.
El “Mar de Ons” baña nuestra Ría y envuelve al Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Es este mar el que le imprime carácter y misterio a nuestro vino y lo hermana con un paraje natural, único y salvaje, rico en colores, matices y formas.
En este proyecto familiar nos hemos implicado todos, incluso nuestro hijo. Por su corta edad, en el vino sólo percibe aroma a vino, pero tiene la sensibilidad suficiente y una curiosidad innata como para escuchar atentamente las catas que sus padres le describen. Le enseñamos la botella de nuestro nuevo vino y le dijimos como se llamaría, y la espontaneidad y la imaginación hicieron el resto. El también percibió todo lo que el “Mar de Ons” aporta a nuestro vino, y lo plasmó en unos sencillos pececillos sobre la botella.
Así es como nació la imagen de nuestro vino. Con la imagen de una naturaleza sencilla pero ambiciosa, sin grandes artificios pero pujante, única e inimitable. Igual que nuestro vino, un gran caldo nacido a orillas del Mar de Ons.
Propuesta de maridaje: almejas de la ría a la sartén
