La poda de la vid es el procedimiento a través del cual el viticultor elimina la parte vegetativa de la vid. Como ya te contamos en nuestro post sobre el por qué de la poda, el objetivo de la poda es limitar el crecimiento natural de la propia vid, mejorar su rendimiento, la calidad y tamaño de los racimos y también de la propia madera de la vid. Así, gracias a la poda, se consigue alcanzar un perfecto equilibrio entre el suelo, la planta y el clima.
Pudiera pensarse que hay que dejar que la vid crezca a su antojo, pero para que la planta y su fruto gocen de la máxima calidad, es necesaria la acción del hombre. Esto se debe a que la vid es una planta trepadora de crecimiento ilimitado y, si no se controla, sería imposible dar forma a los viñedos y mantener un buen desarrollo de la planta y la uva.
La época ideal para realizar esta labor es durante el invierno, ya que la planta se encuentra inmersa en letargo y reposo vegetativo. Aunque esta es la poda principal, se realizan más podas a lo largo del año, como veremos a continuación. Todas ellas necesarias para garantizar la mejor calidad de la uva y, por consiguiente, del producto final, el vino Rías Baixas, elaborado bajo unos estrictos cánones establecidos y controlados por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rías Baixas.
El motivo por el cual la poda se realiza en invierno es claro: ralentizar el alargamiento del esqueleto de la vid. De esta manera, se conserva su forma, consiguiendo regularizar la producción de uva.
La vid es una planta trepadora formada por ramas que pueden alcanzar los 30 metros de longitud. De todas las ramas, solo prosperan aquellas yemas que se sitúan en los extremos porque reciben mayor cantidad de savia que las que se quedan en el interior, más cerca del tronco. Estas yemas sí llegan a fructificar, pero tienen un difícil proceso de maduración y suelen presentar un menor tamaño y calidad.
De ahí la importancia de la poda, ya que reduce la longitud y tamaño de los sarmientos, las ramas más finas en las que brotan los racimos. Así, la vid produce menos racimos, pero se garantiza un mayor tamaño y calidad de los mismos.
La poda en la D.O. Rías Baixas se realiza de forma manual y para ello los viticultores se sirven de tijeras de podar. Estas cuentan con una hoja de corte y otra con forma de gancho y sin filo, que sirve para buscar apoyo. Sin embargo, a lo largo del año se realizan diferentes tipos de poda en función del objetivo y de la edad y estado de cada vid. Estos son los principales:
Prepoda: Fase previa necesaria antes de la poda que consiste en retirar las hojas secas, racimos no vendimiados o zarcillos (tallo de las plantas trepadoras con la que se agarran a diferentes superficies). La prepoda incluye una primera poda de los sarmientos secos, que más tarde ha de afinarse.
Poda de formación: Esencial durante los primeros años de vida de la vid, ya que esta poda decidirá su tamaño y tipo de crecimiento. En la D.O. Rías Baixas esta poda se realiza en invierno o durante el inicio de la primavera.
Poda de pinzamientos: Este tipo de poda depende del tamaño y ritmo de crecimiento de la vid. Su objetivo es reducir su volumen y permitir el desarrollo de nuevas ramas laterales que confieran volumen a la planta.
Poda de saneamiento: Como su propio nombre indica, la poda de saneamiento sirve para eliminar todas aquellas ramas secas o dañadas.
Poda de rejuvenecimiento: Similar a la poda de saneamiento, solo que en este caso el objetivo no es eliminar zonas deterioradas, sino reducir el tamaño de las vides que hayan crecido sin control. La poda se realizará desde el extremo envejecido hasta llegar a la zona sana, siempre respetando las tirasavias, es decir, las ramas más próximas al corte que deben cicatrizar.
Poda de fructificación: La poda de fructificación se lleva a cabo generalmente en primavera, cuando la vid ya ha brotado. Gracias a este tipo de poda se consigue controlar el crecimiento de la vid y mantener su forma. Asimismo, la poda reduce los sarmientos y yemas que no tendrán una fructificación plena, permitiendo que los que permanezcan gocen de una mayor insolación y ventilación.
Poda de invierno: Esta poda se realiza todos los inviernos una vez caen las hojas y antes de que nazcan los nuevos brotes. Con ella se pretende eliminar los sarmientos de la anterior temporada y recortar las maderas mayores de dos años, permitiendo la regeneración de la vid.
Poda en verde: La poda en verde se realiza como complementaria a la poda de invierno en los meses de abril y mayo con el objetivo de reducir los brotes que han tenido un crecimiento excesivo. Con esta poda se favorece la insolación de las hojas y la aireación de los racimos, permitiendo que las hojas reciban la mayor cantidad de sol y aire posible. Por eso, esta poda se realiza una vez la vid ya ha brotado, durante el final de la primavera, ayudando a mejorar la calidad de la uva.
La poda de la vid es una práctica necesaria para garantizar la plena salud de la planta. Para que la vid esté sana, es necesaria la eliminación de las partes que afectan negativamente. Además, la poda no solo mejora la salud de la vid, sino que también estimula el crecimiento de sus frutos.
Estos son los principales beneficios de la poda de la vid:
Alarga la vida de la vid
Ayuda a regularizar la producción
Permite ajustar el tamaño de la vid al espacio donde se cultiva
Dota a la planta de más volumen y menos altura
Mejora el rendimiento de la vid
Incrementa la calidad de la uva
La madera es más vigorosa
Mayor iluminación para la producción de los frutos
Purifica el aire permitiendo que la planta disfrute de una mayor oxigenación
Incrementa la resistencia de la vid a plagas
¿Conocías todos los tipos de poda y sus enormes beneficios? Cada una tiene un objetivo diferente, por eso se realizan de manera distinta según cada planta y según la época del año. La poda de la vid es vital en el proceso de elaboración del vino y necesaria para garantizar la máxima calidad de los vinos D.O. Rías Baixas. ¡Para que hagas chinchín con los tuyos con vinos de máxima calidad!