Fernando Bandeira y Antonio Ruiloba son las dos caras más visibles de Bodegas La Val. Bandeira ejerce como gerente desde 1996. Cuenta con una amplísima experiencia en un sector al que además está ligado por tradición familiar. Ruiloba, socio y administrador de esta bodega de la Denominación de Origen Rías Baixas, procede del mundo de la empresa y se incorporó a La Val en 2010 para darle un nuevo impulso al proyecto. Sobre su labor, basta decir que en la actualidad el 70% de las ventas ya las realizan fuera de España.
– ¿Cuándo y por qué se fundó Bodegas La Val? – Fernando Bandeira.
Bodegas La Val nació en 1985 y es una de las marcas pioneras de la Denominación de Origen Rías Baixas. Estuvo situada, inicialmente, en el municipio de O Rosal, a orillas del río Miño.
La primera bodega se encontraba en una finca denominada La Val, un nombre que se conservó después del año 2003, cuando la producción se trasladó a las actuales instalaciones en Arantei (Salvaterra de Miño, subzona de Condado do Tea).
En 2010 nos hicimos cargo del proyecto los actuales propietarios.
– ¿Cuál es la principal filosofía de Bodegas La Val? – Antonio Ruiloba.
Somos una bodega de tamaño medio con una filosofía bien definida desde el principio: viñedo propio, una apuesta clara por la calidad y muchas ganas de salir al mercado exterior, donde nuestros vinos son muy bien recibidos.
El accionariado de la bodega está formado esencialmente por gente muy próxima, familiares y amigos que son también amantes del vino, muchos de ellos bodegueros y viticultores de otras denominaciones de origen de España que decidieron apostar también por este proyecto. Nuestra producción sigue creciendo año tras año, pero siempre tenemos presente el lema de La Val: “el vino se hace en la viña”.
– El traslado a la bodega de Arantei supuso un antes y un después para el proyecto, ¿no? – F.B.
Sí, nos ha permitido contar con las tecnologías más punteras del sector. Fue un punto de inflexión y supuso un impulso a la producción de La Val. Conservando la elaboración tradicional de nuestros vinos, hemos conseguido crecer año tras año en los mercados internacionales.
En nuestras actuales instalaciones, estamos preparados para producir un millón de litros al año, aunque de momento estamos manteniendo la producción en las 500.000 botellas, vigilando la calidad del producto y garantizando la trazabilidad de su elaboración, ya que seguimos trabajando fundamentalmente con las uvas de nuestros propios viñedos.
– ¿Cuáles son las características diferenciadoras de sus vinos y de la zona en la que se producen? – A.R.
Lo que hemos conseguido con nuestros vinos es mantener una línea a lo largo de los años.
A quien le guste La Val, le va a gustar toda la vida. Somos una bodega que tiene claro lo que tiene que hacer y por dónde quiere ir y debe ser así por respeto a nuestros seguidores.
Creemos en nuestro producto y va a seguir siendo así. Trabajamos fundamentalmente con uva albariño, pero esto no nos impide ofrecer una gama de cinco vinos diferentes.
Aparte del Albariño Rías Baixas joven La Val, que es nuestro principal producto, tenemos el La Val Sobre Lías elaborado con una selección de uvas de excepcional calidad, el La Val Fermentado en Barrica, el Finca de Arantei y el Condado Más que 2, al que le incorporamos la ligereza de la treixadura y el aroma de la uva loureiro.
– ¿Qué aportan a sus vinos la existencia de cuatro fincas localizadas en dos subzonas diferentes? – F.B.
Contar con cuatro fincas nos permite autoabastecernos, para nuestra producción, con uvas de nuestros propios viñedos.
Contamos con más de 60 hectáreas de terreno, con diferentes suelos y características climáticas.
Esto nos permite ofrecer varios productos diferentes, como el Albariño La Val, que es un “coupage” elaborado con uvas procedentes de todos nuestros viñedos, o el Finca de Arantei, un Albariño Rías Baixas elaborado con una selección de las mejores uvas de las viñas que rodean la bodega. Están situadas en un terreno excepcional, el antiguo lecho de un río donde el canto rodado es la esencia del suelo, mineral y fértil.
La última finca que hemos adquirido es la de Porto, donde aparte de la variedad albariño hemos plantado las cepas de loureiro y treixadura que nos permiten elaborar un auténtico vino del Condado, el Más que 2.
– ¿Cuántos premios y reconocimientos han recibido sus vinos en los últimos años? – A.R.
En los últimos años nos hemos consolidado entre las bodegas mejor valoradas de las Rías Baixas.
De hecho, pocas bodegas pueden presumir de que todos sus vinos han superado la barrera de los 90 puntos en la Guía Peñín 2017.
La Val Sobre Lías obtuvo 96 puntos, cinco estrellas y podio, alcanzando la categoría de vino excepcional; La Val Fermentado en Barrica alcanzó los 93 puntos y el Albariño Rías Baixas La Val 91.
Toda la gama ha merecido la calificación de cinco estrellas, pero a este reconocimiento hay que sumar otros que nos han llegado a nivel nacional e internacional.
Todos los vinos de la Bodega han superado los 90 puntos también en la guía Proensa 2017 y la guía americana Wine Spectator le ha dado 91 puntos a La Val Sobre Lías.
Además, nuestros Albariños Rías Baixas han merecido la Medalla de Oro de la última Guía de Vinos, Destilados y Bodegas de Galicia de Luis Paadín.
Creemos que es un reconocimiento al trabajo bien hecho y destacados críticos vitivinícolas de España, como Juancho Asenjo o Víctor de la Serna, han definido a Bodegas La Val “como un descubrimiento y como la mejor bodega de las Rías Baixas de los últimos 15 años”.
– En Bodegas La Val, utilizan las tecnologías más pioneras del sector. ¿Complementan este uso con algún proyecto de I+D+i? – F.B.
La tecnología nos permite controlar al detalle cada fase del proceso de elaboración del vino, con el fin de ofrecer a nuestros clientes un producto excelente.
Ya lo estamos consiguiendo, pero seguimos colaborando en varios proyectos de I+D+i para abrir nuevos caminos.
En 2012 iniciamos, en colaboración con el CDTI, un estudio sobre clones de albariño y tecnologías de vinificación para la obtención de vinos de crianza en la D.O. Rías Baixas. Lo pusimos en marcha en la nueva plantación de Porto y nos está dando buenos resultados para la mejora de nuestros viñedos.
Pero éste no es el único proyecto que tenemos en marcha, ya que en marzo de 2015 empezamos a trabajar en un estudio sobre nanopartículas como alternativa al empleo de aditivos pseudoalergénicos en vinificación y a los tratamientos anticriptogámicos tradicionales en viñedos de las Rías Baixas. Suena complejo, pero es un proyecto muy centrado en nuestros viñedos y creemos que va a aportar grandes avances en diferentes técnicas de bodega orientadas a la reducción de sulfitos.
– ¿En qué países está presente Bodegas La Val? – A.R.
En el último año, la Bodega ha seguido la senda de la consolidación de mercados y ha conseguido un ligero aumento en la exportación que ya supera el 70% de la producción. Estamos presentes en más de 20 países de todo el mundo y en el último año, Uruguay se ha incorporado como uno de los nuevos destinos de los vinos de La Val.
Destaca también la importante subida de la demanda en México, Puerto Rico o Australia, aunque la compañía mantiene Reino Unido, Estados Unidos, Alemania y Suecia como principales mercados. Estos cuatro países acaparan el 90% de nuestras exportaciones.
– ¿Qué es lo que más valoran los consumidores extranjeros de sus vinos? – F.B.
Lo que valoran, por encima de todo, es la calidad de nuestro Albariño Rías Baixas.
Nuestros vinos blancos no tienen nada que envidiar a los grandes vinos de origen francés o alemán y lo está demostrando el continuo crecimiento de la D.O. Rías Baixas. En Bodegas La Val estamos contentos con la cuota que aportamos a los buenos resultados de los últimos años.
– Bodegas La Val también está abierta al enoturismo. ¿Cuáles son las propuestas enoturísticas que se ofrecen al público? – A.R.
Hemos obtenido la certificación Q de Calidad Turística y estamos tratando de impulsar este tema, aunque no es fácil. Estamos en la zona menos turística de las Rías Baixas y aun así estamos teniendo cada vez más visitas de grupos. Organizamos diferentes actividades, ofrecemos desde recorridos por la bodega y los viñedos hasta comidas con catas de nuestros distintos vinos.
Tenemos unas instalaciones magníficas para recibir a los amantes del vino y estamos buscando alianzas con los vecinos para conformar un paquete turístico más atractivo. El entorno natural en el que estamos, el río Miño, actividades de senderismo, rutas a caballo… Creemos que podemos ofrecer una buena experiencia a nuestros visitantes.
– ¿Qué proyectos de futuro más inmediatos tiene Bodegas La Val? – F.B.
En el plano comercial seguiremos apostando por la recuperación de nuestra presencia en el mercado nacional, refrendada por las altas puntuaciones que las últimas cosechas de La Val han obtenido en dos guías de referencia como son Peñín y Proensa. Al mismo tiempo, tenemos la intención de mantener nuestra apuesta por la diversificación en el mercado exterior con la incorporación de nuevos clientes en Sudamérica. Brasil o Colombia son países con los que vamos a trabajar mucho en los próximos años.
Otros proyectos de futuro pasan también por el perfeccionamiento de las técnicas de elaboración, gracias a la implementación de nuevos avances en el ámbito de la investigación. Nuestra apuesta por la viña se traducirá en la aplicación sistemática de los procesos desarrollados en estos últimos años en las mejoras de técnicas de campo.
De este modo, queremos avanzar hacia una viticultura más sostenible, integrada y enfocada a la mejora medioambiental. Queremos seguir perfeccionando nuestros vinos sin perder las señas de identidad de Bodegas La Val, haciendo de nuestro lema, “el vino se hace en la viña”, nuestro norte.