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12 de abril

Historia y filosofía familiar en los vinos Rías Baixas de Santiago Ruiz

Rosa Ruiz, el alma de  una bodega boutique en la subzona de O Rosal donde la tradición gallega y el buen hacer vitivinícola son sus principales señas de identidad

“Empecé ayudando a mi padre hace más de 30 años… Mi orientación profesional era otra, pero poco a poco me enamoré de este apasionado mundo gracias a su entusiasmo y a la belleza de O Rosal. Es un lugar mágico, único”. Con estas palabras, Rosa Ruiz explica sus comienzos en el proyecto vitivinícola iniciado por Santiago Ruiz, que fue uno de los impulsores de la creación de la Denominación de Origen Rías Baixas, tras su jubilación, y que revolucionó la zona con su forma de elaborar vino.

La implicación familiar en esta iniciativa se puede comprobar incluso en el original packaging de la propia botella del vino Santiago Ruiz, elaborado en la bodega del mismo nombre y ubicada en la subzona de O Rosal. “La etiqueta surgió a raíz de un dibujo realizado, en una servilleta de papel, con motivo de la boda de mi hermana Isabel. A mi padre le gustó tanto que decidió usarla para vestir su vino… Es una historia única y, además, es una etiqueta que se identifica muy bien y que mucha gente recuerda como la del mapa”, indica Rosa Ruiz. Esta elaboración, que obtuvo numerosos reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional, está dirigida, en sus propias palabras, “a todo aquel que quiera disfrutar de un vino con personalidad y singularidad, muy afrutado y con gran riqueza aromática y explosión en boca. Además, refleja una preciosa historia y tradición gallega que evoluciona con el tiempo”, concluye.

 

Vocación investigadora

Digna sucesora del buen hacer de su padre, la bodega “continúa su filosofía. Mantenemos esta preciosa casa-bodega antigua, con su museo también, pero hemos evolucionado y querido mejorar aún más la calidad de nuestro vino”, explica. Para ello, se llevó a cabo la construcción de una nueva bodega a pie del viñedo que poseen en Tomiño con el fin de “apuntalar aún mejor la calidad de Santiago Ruiz y continuar investigando y evolucionando”.

En este sentido, trabajan en varios proyectos de I+D+i que implican, entre otros, el estudio de las variedades de uva propias de la subzona de O Rosal y sus comportamientos. “Colaboramos desde hace tiempo con CSIC de Pontevedra y con Mar Vilanova, y también llevamos a cabo investigaciones a través de ayudas europeas y de la Xunta”, explica la embajadora de la bodega.

El monovarietal Rosa Ruiz

Fruto de ese interés por una evolución constante, nació el monovarietal albariño 100% Rosa Ruiz, también amparado por la Denominación de Origen Rías Baixas. Al igual que en el caso del vino Santiago Ruiz, la etiqueta refleja una parte de la historia familiar.

En ella se representa la fachada de la casa-bodega de la que partió este proyecto vitivinícola basado siempre “en contar con una materia prima excepcional procedente de nuestros viñedos”. En el caso del Albariño Rosa Ruiz, las uvas proceden de una selección de cepas viejas, que dan lugar a un vino alegre, flagrante y joven, con gran intensidad en nariz y en el que los aromas a manzana, pera, flores blancas y cítricos están muy presentes, sin dejar a un lado los toques de madurez aportados por esas cepas antiguas de las que se selecciona el fruto.

Una casa museo para visitar

Del mismo modo en que Rosa Ruiz se volcó con la creación de este nuevo vino, del que solo se elaboraron 3.500 botellas, también hace lo propio con la sección dedicada al enoturismo. Y quién mejor que la hija del fundador de esta bodega para guiar a los visitantes por las instalaciones de esta casa-bodega, cuyo principal atractivo es el museo etnográfico que se puede ver tanto en su patio como en el interior de la propia edificación.

 

Aperos de labranza, antiguos utensilios para elaborar y embotellar vino, ayudan a los visitantes a reconstruir el pasado vitivinícola de la Denominación de Origen Rías Baixas en general, y de la subzona de O Rosal en particular. A esta muestra hay que añadir también los rincones con encanto con los que cuenta esta bodega de O Rosal, como la mesa y sillas ubicadas al lado del antiguo lagar, donde los turistas pueden disfrutar tranquilamente de una degustación de los vinos de Rías Baixas elaborados en esta empresa vitivinícola. Un remanso de tranquilidad para los amantes de una arquitectura y naturaleza singulares.