Como solemos decir en la D.O. Rías Baixas, la primavera es la estación más ilusionante porque empieza el ciclo vegetativo de la vid de la que saldrán nuestros maravillosos vinos. Pero también es una etapa de gran trabajo y preocupación. Vivimos pendientes del cielo y dedicados a cuidar nuestros viñedos de las plagas, enfermedades y de fenómenos meteorológicos extremos. Ser viticultor no es una tarea fácil, pero en zonas húmedas como la nuestra, puede ser todo un reto. 😉 ¿Crees que exageramos? ¡Sigue leyendo!
Una de las amenazas es la llamada polilla de racimo o Alobexia botana. Esta es una de las plagas europeas más temidas entre los productores de vino españoles. La polilla del racimo tiene tres ciclos de reproducción a lo largo del año, a cada cual más agresivo con la vid y no solo reduce la producción de uvas, sino que merma su calidad y, en consecuencia, la del vino.
Afortunadamente, los viticultores cuentan con tratamientos efectivos contra esta plaga desde antiguo, pero en los últimos siete años, se ha extendido en la D.O. Rías Baixas un tratamiento eficaz, sostenible y sencillo de aplicar: la confusión sexual. Un ejemplo más de las muchas prácticas sostenibles que nuestras bodegas y viticultores realizan en nuestra región vitivinícola.
La confusión sexual es una técnica habitual en la agricultura y aplicada a otras plagas del viñedo como la cochinilla. Consiste en instalar en los viñedos varios difusores de feromonas femeninas, en este caso de la polilla del racimo, creadas sintéticamente, pero tan atractivas para los machos como las que segregan las hembras. Las polillas macho, que siguen la estela de estas feromonas sintéticas, no encuentran a las hembras y son incapaces de fecundarlas, así que cuando éstas ponen sus huevos en el viñedo, no dan lugar a nuevas vidas ni causan daños.
Esa “ovoposición infértil” es clave para el control de la plaga porque no son las polillas adultas las que ocasionan el daño, sino sus crías.
Las hembras vuelan entre las parras con el inicio de la primavera, en coincidencia con la brotación y la subida de las temperaturas. Tras la fecundación y durante unas dos semanas ponen sus huevos en las yemas florales del viñedo; después, mueren. En unos días, nacen las orugas de esa primera generación y ya producen daños en las viñas, pero después se transforman en ninfas que se alojan en los racimos o bajo la corteza de la cepa y durante la floración crean una especie de nido que destruirá las flores.
Las crisálidas producen la segunda generación de orugas de polilla cuando los racimos ya están cuajados, pero todavía verdes, y los secan. La tercera generación de orugas es la más incisiva, al atacar las uvas ya maduras, antes de la vendimia, y dar entrada a la botritis o podredumbre gris, otra de las más graves enfermedades del viñedo.
La técnica de la confusión sexual lleva años aplicándose en la D.O. Rías Baixas con gran éxito. Tras las primeras investigaciones y experiencias, en 2019 las tres cooperativas más grandes de la subzona del Val do Salnés; Martín Códax, Sociedad Cooperativa Vitivinícola Arousana (Paco & Lola) y Condes de Albarei, unieron sus esfuerzos en un proyecto conjunto. Bodegas y viticultores estudiaron sus viñedos y crearon una serie de cotos con sus parcelas más próximas para tratarlos con esta técnica.
La efectividad de la confusión sexual es mayor cuanto más grande sea la superficie conjunta tratada con ella y se requieren al menos 3 hectáreas de terreno. Una polilla fecundada en una parcela sin tratar puede poner sus huevos en cualquiera de las del entorno y esto en una Denominación tan minifundista como la D.O. Rías Baixas es un hándicap.
La experiencia ha dado sus frutos. Tras generalizar la técnica en sus parcelas y las de sus socios, las tres bodegas cooperativas han logrado reducir la incidencia de la polilla de racimo y el uso de insecticidas. Por eso, el objetivo, apoyado desde del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rías Baixas, es universalizar la confusión sexual allí donde sea posible para erradicar la polilla del racimo de nuestros viñedos.
En las últimas semanas, los departamentos técnicos y de viticultura de Martín Códax, Sociedad Cooperativa Vitivinícola Arousana y Condes de Albarei han celebrado diversas jornadas informativas para trasladar su conocimiento y experiencia a todas las bodegas y viticultores que quieran conocerla y siguen abiertas a cualquier consulta.
El momento propicio y más eficaz para protegerse de la plaga es ahora, entre finales de marzo y principios de abril, cuando empieza el ciclo reproductivo del insecto. Como vimos al principio, controlar la primera generación es un gran paso para evitar las otras dos y los daños más graves en el viñedo.
Apostar por un tratamiento sostenible para luchar contra esta plaga tiene cuatro principales ventajas que se complementan entre sí.
Las feromonas de la polilla de racimo están a la venta en cualquier tienda especializada de productos agrícolas y son más sencillas de aplicar que los insecticidas.
El uso de estos tratamientos se ha generalizado ya en grandes extensiones de viñedo en las que se ha eliminado la plaga. La colocación de las cápsulas con feromonas se hace una vez al año y la protección se mantiene hasta la vendimia, mientras que con insecticidas es necesario al menos realizar dos aplicaciones por temporada.
El coste por hectárea del tratamiento con feromonas equivale, según la experiencia de las cooperativas, al de la aplicación de insecticidas necesarios.
La principal ventaja de este tipo de tratamientos es que no tienen impacto sobre el medio ambiente, al no emplear sustancias químicas que se pulverizan sobre el viñedo. Las feromonas además sólo impiden la fecundación de la polilla, pero no causan daños ni a las personas ni a otros animales o al medio ambiente.
El uso de la técnica de la confusión sexual implica sin embargo un control de la población de insectos adultos para saber cuándo es necesario actuar. Del mismo modo, es necesario vigilar las zonas limítrofes a parcelas no tratadas por si son necesarias aplicaciones de insecticidas muy puntuales.
La confusión sexual es una de las muchas prácticas sostenibles que desarrollan las bodegas de la D.O. Rías Baixas, como ya os hemos contado en nuestro Blog. Muchas bodegas, por ejemplo, también usan otros métodos de lucha biológica, entre ellos, promover la presencia de depredadores naturales de este insecto. Uno de ellos es el murciélago, con horarios de vuelo coincidentes con los de la polilla del racimo. ¿Lo sabías? El mundo del vino en Rías Baixas está lleno de sorpresas. ¡Descúbrelas! 😊