Los vinos de esta denominación, en su mayoría blancos, deben servirse entre 10 y 12 grados centígrados. Es la temperatura perfecta para que un vino blanco fresco, como son los Rías Baixas, se puedan apreciar en toda su plenitud. Si estos vinos se consumen demasiado fríos nos perderemos muchos de los aromas en nariz y matices en boca. A la temperatura recomendada podremos disfrutar de los aromas frutales y florales, que son muy intensos, en un primer momento estarán contenidos pero irán saliendo poco a poco, sin embriagar nuestros sentidos. En boca los vinos blancos frescos como los Rías Baixas con marcada acidez son más suaves y deliciosos a la temperaturas entre 10 y 12 grados y te permiten disfrutar de su armonía y matices.