Respeto a la tradición y al buen hacer de los antepasados son las bases de la filosofía de la Bodega Lagar da Cachada. Se trata de una empresa totalmente familiar cuyo principal objetivo es ofrecer “vinos D.O. Rías Baixas de autor y de la mayor calidad”, tal y como explica su gerente, Ricardo Abal.
La devoción por la viticultura le viene de cuna. “En casa, mis abuelos ya elaboraban vino”, explica. Fue precisamente este el germen del proyecto empresarial fundado el pasado año 2000. Contando con los medios existentes ya en la casa solariega familiar, datada del siglo XIX, se quiso dar “un paso más allá y profesionalizar la bodega”, indica el gerente de la misma. Eso sí, siempre respetando la filosofía que mantenían sus antepasados en la elaboración de unos vinos Rías Baixas muy exclusivos e incluso de carácter limitado. Localizada en la subzona de Val do Salnés, y más concretamente en Vilariño, esta bodega inició su andadura profesional elaborando tan solo 5.000 litros de vino Albariño Rías Baixas en depósitos de acero inoxidable. La materia prima se extraía de las parcelas pertenecientes a la propia familia, con una extensión de unas dos hectáreas. No obstante, pronto tendrían que ampliar el negocio colaborando con varios viticultores de la zona y mejorando la maquinaria para optimizar procesos como los de vendimia y embotellado. En la actualidad, Bodega Lagar da Cachada cuenta con una producción de 30.000 litros, una cantidad que les permite seguir elaborando esos Albariños Rías Baixas tan exclusivos. En opinión de Ricardo Abal, la elaboración de vinos de autor “permite tener un mayor control de la materia prima. En bodega hacemos una recepción manual de la uva y seguimos muy de cerca todo el proceso de elaboración. El crear vinos a pequeña escala nos permite aportar a nuestros productos un valor añadido”, asegura Ricardo Abal, quien destaca la “experiencia de más de 20 años” en el sector vitivinícola. Este bagaje se reparte entre las “tres generaciones que trabajan en la elaboración, distribución y venta de un producto 100% familiar”.
Como representación de esa unión, los productos de esta pequeña empresa vitivinícola están caracterizados por contener en su etiquetado la imagen de un dragón. Este curioso ser mitológico “simboliza la unión y el trabajo familiar, algo que aplicamos en nuestro día a día”, explica el actual gerente de esta bodega. El buque insignia es su marca Lagar da Cachada, que hace referencia al lugar en el que se localizan las propias instalaciones. La meticulosa selección de la materia prima y su cuidadosa elaboración distinguen a este vino de otros porque “se hace muy afrutado y fácil de beber”, lo que le lleva a cosechar gran número de adeptos.
En el año 2013 llegaría la segunda apuesta de Lagar da Cachada: la marca Don Ricardo. El nombre se plantea como “un homenaje al fundador de la bodega, mi abuelo”, indica Ricardo Abal. En sus palabras, este vino de edición limitada “establece una línea diferente al de la otra marca, porque tiene una elaboración mucho más cuidada y es un producto único hecho con el mosto de yema. Se elabora con las uvas de cepas centenarias y solo producimos 2.000 botellas cada dos años”, concreta. Esta nueva marca de la Bodega Lagar da Cachada tuvo como resultado la recepción de varios premios. Uno de los más recientes fue un Bacchus de Oro 2015, galardón otorgado por la Unión Española de Catadores y que ratifica la calidad de este Albariño D.O. Rías Baixas. Como complemento a la elaboración de sus productos, desde esta empresa familiar de la D.O. Rías Baixas también ofrecen la posibilidad de utilizar diferentes tipos de embalaje o incluso de crear modalidades aptas para obsequios o detalles de regalo. El principal mercado en el que distribuyen sus vinos –una tarea que realizan directamente desde la bodega al punto de venta- se encuentra en Galicia, si bien el 50% de la producción “se distribuye en las distintas comunidades de España. Nuestra mejor propaganda es el boca a boca”, afirma Ricardo Abal. En lo que al futuro se refiere, desde Lagar da Cachada están trabajando en un nuevo proyecto para “abrir una vía de negocio más a través de otra marca. Por ahora estamos realizando pruebas, pero esperamos que en un año o dos podamos sacarlo ya al mercado”, concluye el gerente de esta bodega. En esta iniciativa también está implicada toda la familia. Según Abal, “lo más bonito es ver cómo los hijos y los nietos se implican y que ayudan cuando más se necesita”.
Paralelamente a su labor puramente vitivinícola, Lagar da Cachada cuenta también con un proyecto enoturístico propio. “Nuestras instalaciones son visitadas por más de 3.000 personas al año”, asegura Ricardo Abal. El recorrido por la bodega se desarrolla por grupos que tienen interés en conocer de cerca cómo y dónde se elaboran los Albariños Rías Baixas de esta empresa familiar. Estas actividades les permiten “explicar de un modo más real y cercano lo que se hace en la bodega”, concreta.
La visita consiste principalmente en “realizar un recorrido por los viñedos para después ir a la bodega. Allí les mostramos cómo se desarrolla todo el proceso de elaboración de nuestros vinos y también se les dan datos concretos sobre la producción que tenemos”, explica el gerente. Concluye el recorrido por una cata comentada de los productos exclusivos que en esta bodega se elaboran. Además de las visitas, desde Lagar de Cachada también promueven otro tipo de iniciativas. “Hemos realizado ya alguna presentación en establecimientos hosteleros para mostrar los vinos nuevos de cada añada”, comenta Ricardo Abal. Se trata de promociones con las que pretenden acercar su filosofía de trabajo al público y transmitir los valores existentes en unos vinos elaborados por toda una saga familiar de viticultores y enólogos de la D.O. Rías Baixas.