Para elaborar un vino de calidad es fundamental la materia prima. Bien lo saben los viticultores y bodegueros de la Denominación de Origen Rías Baixas, que consideran los trabajos de mantenimiento de la vid fundamentales para garantizar la recogida de excelente materia prima. Y es que durante el invierno siguen los trabajos de viticultura con tareas de aplicación de tratamientos, poda, análisis de sustrato y replantación de nuevas vides, actividades que se harán normalmente antes de marzo, dependiendo de las parcelas y las subzonas.
Así, si después de la vendimia se observa alguna enfermedad o algún parásito que haya creado problemas en la campaña anterior se le aplicará el tratamiento fitosanitario correspondiente. Es el momento ideal es dar un tratamiento fitosanitario puesto que la planta está en el parón invernal.
También es el tiempo de la poda, que se hace para regular la producción y mejorar la calidad del producto. Normalmente se hace entre diciembre-enero y febrero, dependiendo de las temperaturas que se alcancen pero siempre antes de que empiece la brotación. El momento ideal de la poda es después de que haga mucho frío, que hayan bajado las temperaturas y que la planta haya soltado todas las hojas, pasando las sustancias nutritivas y de reserva a la planta.
La poda será diferente en función de cada planta, buscando mejorar y equilibrar su producción, dejando más o menos yemas. Los cortes hay que hacerlos con tijera bien afilada, desifectada y aplicar un cicatrizante al corte, para evitar que entren enfermedades, sobre todo cuando se dan condiciones de humedad como las actuales.
Y es recomendable podar y eliminar primero las plantas enfermas antes de las demás, para evitar que posibles enfermedades puedas dispersarse. Luego hay que proceder al parreado, que es repartir y atar las varas que hemos dejado. También es frecuente que en esta época del año se procedan a tomar muestras de tierra, sobre todo en noviembre y diciembre, para que de tiempo a analizar y planificar los abonados que vamos a hacer, que solemos aplicar en los tres primeros meses del año para que le de tiempo al suelo a asimilar esos nutrientes.
Cabe recordar que con estas condiciones climatológicas lo ideal es realizar la poda en tiempo seco, para evitar las enfermedades fúngicas en la madera. Por ello, para aquellos viticultores que aún no lo han realizado, es recomendable que esperen a que mejore el tiempo.
Finalmente procederemos también a la replantación de aquellas plantas que hayan muerto, para que puedan adaptarse al suelo durante el parón invernal, antes de la brotación.