El paso del tiempo matizó la barrica en este vino, consiguiendo por un lado cremosidad en boca y una amplitud que difícilmente se podría conseguir en vinos sin barrica, pero a la vez conserva una importante acidez final que lo hacen largo e intenso, conjuga perfectamente con un plato como este, delicado pero consistente a la vez.
El pescado con alta carga grasa sumada al puré requieren de esa acidez para refrescar la boca y a la vez necesita un vino con cierto carácter y peso específico para no verse ninguneado.
Maridar con un D.O. Rías Baixas Barrica (añada 2007)
Receta | Pepe Solla
Imagen | Malglam