Ahora que la Navidad está a la vuelta de la esquina, las bodegas de la Denominación de Origen Rías Baixas ya tienen todo a punto para asegurar los brindis de estos festejos. Para elaborar un vino espumoso Rías Baixas de calidad, existen una serie de pasos que se deben completar, siempre siguiendo el método tradicional conocido como Champenoise:
En primer lugar, se selecciona o aparta el vino base y se deposita en la botella final. Todos los vinos base son analizados por el Consejo Regulador de la D.O. Rías Baixas y deben tener un grado alcohólico mínimo de 10% en volumen. Además, este producto inicial suele contar con una acidez algo más elevada. Las variedades de uva escogidas para él –siempre y cuando estén acogidas al pliego de condiciones- y la añada son elección de cada bodega.
Una vez escogido el vino base, se le añade el licor de tiraje. Se trata de un líquido que contiene levaduras y que contribuye a la formación de las características burbujas de los vinos espumosos.
Es el período mínimo de estancia en botella del vino –donde, además, se produce una segunda fermentación- para obtener una calidad óptima. Dicho período debe abarcar un mínimo de nueve meses. Durante este tiempo, los azúcares y levaduras se activan elevando algo el grado de alcohol, produciendo CO2 -derivado de la falta de oxígeno en el interior de la botella-, y llegando a una presión de entre 5 y 7 atmósferas. Al mismo tiempo, se van creando en el interior de la botella –normalmente colocada en horizontal- las conocidas como lías, que son los residuos que quedan tras el contacto de las levaduras y azúcares. Las bodegas también pueden decidir si amplían el período de rima o no.
Transcurrida la fase anterior, se lleva a cabo una de las tareas más delicadas: el degüelle del espumoso. Este proceso consiste en la eliminación de las lías depositadas en el cuello de la botella –por eso se disponen en horizontal- de modo que el producto final quede sin sedimentos. Aunque antiguamente se realizaba de modo manual, ahora existen aparatos para desarrollar esta labor, opción por la que se decantan la mayoría de las bodegas. Para llevar a cabo este proceso, las botellas se colocan en la máquina boca abajo, sumergiendo el cuello en agua glicolada. Esta es una mezcla de agua y glicol etilénico que provoca la congelación de esa parte de la botella y, por ende, de las lías acumuladas en esta zona.
Es entonces cuando se procede a quitar la chapa con la que se cerró el espumoso. Al retirarla, y por efecto de la presión acumulada en el interior, salen disparados todos los sedimentos. De este modo, queda un vino espumoso limpio, con colores más brillantes, y con una presión de 3,5 atmósferas en su interior, tras completarse esta operación. Para realizar esta acción manualmente, se requieren unas medidas de seguridad bastante estrictas. Los operarios deben estar perfectamente protegidos (gafas, guantes y vestimenta adecuada) por si una de las botellas se rompe por efecto de la presión.
Como la operación de degüelle también supone una pequeña pérdida de líquido, esta cantidad se debe complementar con el llamado licor de expedición. Este producto confiere no solo las características gustativas especiales del vino espumoso, sino que también le aporta una serie de azúcares, contenido que tiene que especificarse en el etiquetado de la botella. Según la cantidad, los espumosos varían desde el Brut Nature (sin adición de azúcar) hasta el Dulce (con una proporción de ≥ 50g/l). Entre ambos extremos se encuentran el Extra Brut (< 6 g/l); Brut (menor de 12 g/l); Extra seco (entre 12 y 17 g/l); Seco (de 17 a 32 g/l) y Semiseco (entre 32 y 50 g/l).
Completados todos los anteriores procesos, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rías Baixas tomará un total de 6 muestras por partida o lote homogéneo para llevar a cabo el sistema de verificación y control correspondiente que determinará si el producto se puede calificar como vino espumoso Rías Baixas de calidad.
Superados todos los análisis, el vino espumoso Rías Baixas de calidad se somete al embotellado y etiquetado finales para después dar paso a su comercialización. Un meticuloso proceso que hace que brindar estas Navidades con un vino espumoso Rías Baixas de calidad valga todavía más la pena.