Volver

10 de febrero

Beatriz Castiñeiras: “La poda es una labor fundamental en la viña para obtener una uva de calidad”

Beatriz Castiñeiras, técnico e investigadora de la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (EVEGA), destaca las ventajas de una adecuada poda de las cepas. El invierno es la época ideal para llevar a cabo esta tarea, que se está desarrollando en las más de 4.000 hectáreas de las cinco subzonas de la D.O. Rías Baixas. Esta profesional ofrece, asimismo, una serie de recomendaciones para realizar esta labor y las diferencias entre los tipos de poda, sobre las que inciden en los cursos de formación impartidos desde el EVEGA.

– ¿Qué beneficios tiene la poda para los viñedos? – La poda de la vid consiste en reducir la parte vegetativa de la cepa, a fin de limitar su crecimiento natural, mejorar su rendimiento y la calidad de las uvas, asignando a cada cepa anualmente una carga determinada, en consecuencia, con el marco de plantación, portainjerto y vigor, para tener en la vegetación que le sigue una producción y calidad satisfactoria. Esta carga tendrá variaciones cada año, supeditada a la variabilidad de circunstancias climatológicas en el periodo de formación y perfeccionamiento de racimillos, además de las circunstancias que han precedido la vegetación y cosecha anterior.

– ¿Facilita el adecuado desarrollo de la uva? – La poda es una labor fundamental en la viña, ya que sin ella la cepa obtendría producciones inadecuadas y florecerían las yemas del sarmiento sin control, obteniéndose muchos racimos de uva, pequeños y de mala calidad. Con esta labor se limita el número de yemas, consiguiendo un equilibrio adecuado para obtener una uva de calidad, además de proporcionar a la cepa una calidad de vida mejor. La poda ha de estar en armonía con la variedad, las posibilidades del medio vitícola y el potencial vegetativo propio, procurando que los órganos verdes y los racimos gocen de las condiciones más convenientes de calor, luz y aireación.

– ¿Cuáles son las principales recomendaciones que ofrecen en los cursos que imparten? – Las recomendaciones en la poda que ofrecemos, con el objetivo de evitar la implantación y transmisión en nuestras viñas de enfermedades de la madera, son: 1. Retrasar todo lo que se pueda la poda y realizarla en tiempo seco. Evitar podar en día de temperaturas demasiado bajas, debido a que las heladas vuelven la madera más quebradiza y ésta se puede astillar con los cortes. Con temperaturas bajo cero la madera tarda más en cicatrizar y existe más riesgo de sufrir enfermedades de madera como yesca y eutipiosis. 2. Buscar siempre el equilibrio a la hora de podar, conociendo el potencial de fertilidad de cada variedad, el número de racimos que puede soportar la cepa, estableciendo así el número de yemas que se dejan cada año en la poda y la posición de las mismas. 3. Conseguir cortes limpios, dando el menor número de cortes posibles, sin enrasar demasiado a la madera vieja, dejando un pequeño tocón, que se irá reduciendo en años sucesivos. Los cortes deben darse con la inclinación adecuada, para que escurra el agua y el lloro. 4. Usar tijeras de poda adecuadas, limpias y bien afiladas que realicen cortes limpios. Desinfectar adecuadamente las tijeras tras la poda de cada cepa con alcohol o lejía, para evitar la transmisión de virus y sobre todo los relacionados con yesca o enfermedades de madera. El uso de cicatrizantes con cobre son adecuados. En grandes heridas siempre debe utilizarse mastics adecuadamente impregnados de fungicidas. 5. Los grandes cortes de poda hay que realizarlos lo más verticales posibles. 6. Quemar o triturar los restos de poda inmediatamente. En caso de plantas con síntomas de enfermedades de madera es necesario retirar los restos de poda inmediatamente. 7. Atender a la seguridad en las labores de poda, usando protección para los ojos, guantes apropiados, equipo adecuado de poda (tijeras de podar, sierras, etc) limpias y afiladas, que eviten lesiones al podador y vestir adecuadamente para evitar hipotermias.

– ¿Qué diferencias hay entre poda de formación y producción y poda en verde? – Una poda de formación tiene como objeto dar la forma deseada a la cepa. Se realiza cuando la vid es joven y acaba de ser plantada. Estas primeras podas determinan la forma y el crecimiento de la planta y variarán según el clima de la región y el tipo de variedad. Existen distintos tipos de podas de formación dependiendo del sistema de conducción elegido. La poda de formación suele realizarse durante los tres o cuatro primeros años de la vida de la cepa. Sin embargo, las podas de fructificación se realizan cuando la vid ha adquirido su forma definitiva, con el objeto de mantener la forma de la vid y controlar su crecimiento, seleccionando y eliminando sarmientos y yemas que brotan cada año, para estabilizar la producción y evitar así la vecería. Así se obtendrá un número de racimos óptimos que se beneficien de una mayor insolación y mejor ventilación, que garantiza año a año un mejor rendimiento por planta, una mejora en la calidad y una reducción a ataque de enfermedades criptogámicas. La poda de invierno se realiza cuando su estado vegetativo está parado o durmiente, eliminando los sarmientos de la temporada anterior o restos de maderas de años anteriores, para favorecer la regeneración de la planta como hemos indicando anteriormente. La poda en verde complementa la poda de invierno y se realiza durante la fase de vegetación de la vid, cuando crecen demasiado los brotes, para rebajar y mantener equilibrada la cepa, corrigiendo las posibles deficiencias que se han tenido en la planificación de la producción con la poda de invierno. Esta poda en verde conlleva una serie de operaciones que comienzan a realizarse desde el final de la primavera, una vez la vid haya brotado, eliminando yemas sobrantes, brotes del tronco o brotes mal ubicados que van a ser poco fértiles, seguida de otras operaciones a lo largo de la fase vegetativa de la vid, tales como despuntado, desnietado, deshojado o aclareo de racimos. Todas estas operaciones en verde, que buscan el equilibrio en la cepa con la finalidad de mejorar la calidad del racimo, han de realizarse en el momento más adecuado y nunca deberán realizarse en exceso porque podría desequilibrar la cepa, reduciendo el vigor del año siguiente, la calidad y el rendimiento de la misma.