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09 de marzo

La D.O. Rías Baixas, en clave de mujer

Hace muchos años que se viene reivindicando el papel de la mujer en el mundo laboral. Cada vez son más las jóvenes licenciadas y las profesionales que muestran sus grandes capacidades en el ámbito profesional. Sin embargo, todavía existe un importante déficit de féminas en cargos de responsabilidad, a lo que se suman las diferencias salariales entre sexos en gran parte de los sectores, si bien es cierto que, poco a poco, este desequilibrio se está reduciendo. La D.O. Rías Baixas no es ajena a este cambio que viene experimentando el mundo laboral. De hecho, se podría decir que ha sido pionera en este sentido, ya que su primer presidente y principal creadora, Marisol Bueno, fue una mujer. Con su determinación durante más de dos décadas, etapa en la que estuvo al frente de este Consejo Regulador, convirtió a la D.O. Rías Baixas en lo que es hoy: un referente de los vinos blancos de todo el mundo. Dentro de la propia sede de este Consejo Regulador, en el Pazo de Mugartegui, también existe paridad en cuanto a número de trabajadoras. El sexo femenino cuenta con una amplia representación tanto en las labores de marketing, donde trabajan solo mujeres, como en las de administración y técnicas, aunque aquí el número es algo menor. “Nosotros creemos en nuestro trabajo y en nuestros vino, y queremos que en esta tarea nos acompañen los mejores sean hombres o mujeres, eso para nosotros es indiferente”, explica el secretario general de la D.O. Rías Baixas, Ramón Huidobro. Cada vez se detecta una mayor presencia femenina en el mundo del vino a la que no es ajena la D.O. Rías Baixas. En ella, las mujeres cuentan con una incipiente representación en puestos directivos. Profesionales encabezan las bodegas de Rías Baixas, algunas se atreven con bodegas de un tamaño importante como pueden ser Paco y Lola, Martín Codax, Valmiñor, Lagar de Pintos, Viña Blanca do Salnés, o Pazo de Señoráns, por citar algunas. También hay mujeres que están al frente de bodegas de menor tamaño en Rías Baixas. “Notamos cada vez una mayor presencia en general de las mujeres tanto en las ferias profesionales como en las misiones inversas que visitan la denominación”, afirma la directora de marketing de la denominación, Eva Mínguez. Parece que estos ámbitos son los que mejor pueden encajar con ese espíritu femenino. No obstante, las mujeres en esta denominación copan todos los ámbitos posibles, en mayor o menor medida. También se atreven con la viticultura. De hecho, de los 6.700 viticultores asociados a Rías Baixas, más de la mitad son mujeres. El trabajo en la viña es un complemento muy importante para la economía familiar en las cinco subzonas de esta denominación: Val do Salnés, O Rosal, Condado do Tea, Ribeira do Ulla y Soutomaior. Las mujeres dedican tiempo y esfuerzo al cuidado de la viña al final, ese mimo, esa sensibilidad se traduce también en la calidad de estos vinos. Tanto es así que llegan a profesionalizarse en este campo es el caso de la técnico de la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (EVEGA) Beatriz Castiñeiras, que dedica tiempo y esfuerzo a esta labor impartiendo cursos y charlas sobre la vid, la poda y otras labores en la viña, dirigidos a viticultores. La elaboración del vino requiere, asimismo, de sensibilidad; algo de lo que pueden presumir las mujeres. Por ello, ya no es de extrañar que un importante número de féminas se encuentre al frente de los departamentos de enología. A ello hay que añadir que los estudios muestran que cada vez ellas compran más vino y que poco a poco se van sumando a esta cultura, que tanto las está conquistando como es el vino y, en especial el vino blanco como el de la D.O. Rías Baixas, que suele ser su preferido. Condes de Albarei, Mar de Frades, Pazo de Señoráns, Terras Gauda, Pazo de Fefiñanes, Valmiñor, Pazo de San Mauro, Fillaboa, Castro Martín, Santiago Ruiz, Lagar de Pintos conforman solo un pequeño ejemplo de cómo estos vinos, tan apreciados por las mujeres, también están elaborados por .ellas. Claro está que estas enólogas reivindican la valía de su trabajo en sí y no por una cuestión sexista. Se trata, en definitiva, de poner en valor la calidad de las profesionales de este Consejo Regulador, sin importar su género.