La celebración de la Semana Santa con nuestros seres queridos llega más esperanzadora que nunca este 2022 en comparación a los dos años anteriores. Con la pandemia mundial controlada (así lo asegura la OMS) y las restricciones desapareciendo poco a poco, este año por fin podremos volver a elaborar esos platos tan típicos de una época pensada para disfrutar en compañía de la familia.
Por si la falta de práctica en estos años ha borrado de tu memoria algunas de las recetas más míticas y que más apetecen en este mes de abril, te hemos preparado un menú la mar de completo. Consta de primer plato, segundo y postre, con maridajes de lujo, como lo son los vinos D.O. Rías Baixas.
Este menú se compone de buñuelos de bacalao, potaje de vigilia y unas ricas torrijas para dar ese punto dulce al postre. ¿Adivináis de qué tipo de vino Rías Baixas irá acompañado cada plato?
Existen pocos alimentos más típicos de Semana Santa que el bacalao. Pero además, hay otra comida que, aunque en muchas partes de España se prepara en diferentes épocas del año, siempre aparece en toda comida de Semana Santa que se precie: los buñuelos.
Por eso, nada mejor para comenzar este menú que mezclando ambas ideas para el entrante en esta rica y tradicional receta de buñuelos de bacalao, esponjosos por fuera y muy crujientes por dentro.
Ingredientes:
250 g de migas de bacalao desalado
150 ml de agua
120 g de harina
50 g de cebolleta fresca blanca
8 g de levadura en polvo
2 huevos
Perejil
Aceite de oliva
Sal
Elaboración:
El primer paso de esta receta es lavarse bien las manos porque necesitamos desmenuzar bien el pescado mientras buscamos pequeñas espinas que pueda contener y las retiramos.
A continuación, lavamos la cebolleta y el perejil y lo picamos todo lo más fino posible.
Cogemos un bol y tamizamos la harina.
Añadimos la levadura y el agua en ese mismo bol.
Cascamos los huevos, los incorporamos y comenzamos a mezclar todos nuestros ingredientes hasta que consigamos una mezcla homogénea y sin grumos.
Por último, agregamos el bacalao, la cebolleta, el perejil y una pizca de sal, y continuamos mezclando todo.
Una vez tengamos la masa lista, la dejamos reposar unos 15 minutos.
¡Es hora de freír los buñuelos! Añadimos una cantidad suficiente de aceite en una sartén y la ponemos a calentar.
Cuando el aceite esté bien caliente, comenzamos a freír los buñuelos. Unos segundos por un lado y, cuando estén dorados, otros segundos por el otro, y los sacamos de la sartén.
Los vamos colocando en un plato o bandeja cubierto de papel de cocina para que absorba el exceso de aceite y queden todavía más crujientes. ¡Todos a la mesa!
Truco: 2 tips por el precio de 1. El primero, para darle forma a los buñuelos haz una pequeña bola con una cuchara y ayúdate de otra para volcarla en la sartén. El segundo, fríelos en pequeñas tandas, si no, se pegarán unos a otros.
El vino Rías Baixas Albariño es sin duda el perfecto maridaje de estos buñuelos de bacalao. Este vino monovarietal elaborado con uva 100% Albariño, procedente de cualquiera de las cinco subzonas que integran la Denominación de Origen, es la perfecta forma de dar el pistoletazo de salida a este menú.
El clásico de todos los clásicos de Semana Santa es un plato que no debe faltar en ninguna casa: el potaje de vigilia. Aunque esta comida requiere de muchas elaboraciones, es muy sencilla de preparar y, además, es súper nutritiva y sana.
La receta tradicional de este plato puede elaborarse con o sin bacalao, según gustos. En este caso, como ya hemos incorporado el bacalao a los buñuelos, vamos a apostar por un potaje sin pescado.
Ingredientes:
300 g de garbanzos
300 g de espinacas frescas
5 dientes de ajo
2 huevos
2 clavos de olor
1 hoja de laurel
1 cebolla
1 cucharadita de pimentón dulce
1/2 cucharadita de comino en polvo
Aceite de oliva
Sal
Elaboración:
Esta receta debemos comenzarla la noche anterior. ¿Cómo? Poniendo a remojo los garbanzos en un bol con agua.
Al día siguiente, añadimos alrededor de 1 litro de agua en una olla y lo llevamos a ebullición. Mientras, escurrimos los garbanzos y, cuando el agua empiece a hervir, los echamos en la olla.
A continuación, añadimos la hoja de laurel, 3 dientes de ajo pelados y los clavos de olor y cocemos todo durante 1 hora y media.
Mientras tenemos los garbanzos en la olla, es el momento de pelar la cebolla y los dos ajos restantes. Lo picamos todo bien fino.
En otra olla, añadimos un poco de aceite y lo calentamos a temperatura media. Cuando el aceite esté caliente, salteamos los ajos unos minutos.
Cuando los ajos estén dorados, añadimos la cebolla y un poco de sal, y lo rehogamos todo durante 10 minutos, momento en el que añadiremos una pizca de pimentón y de comino. Lo mezclamos todo bien y retiramos del fuego.
Por otro lado, cocemos los huevos en un cazo (con 10 minutos será suficiente). Los dejamos enfriar y, en cuanto podamos, los pelamos y los cortamos en trozos grandes.
Después, lavamos bien las espinacas y las hervimos en otro cazo con un poco de sal. Cuando estén listas, las cortamos en tiras y las mezclamos con el sofrito y lo cocinamos todo durante 5 minutos.
¡Ya estamos terminando! Retiramos los ajos y la hoja de laurel de los garbanzos y los incorporamos junto a los huevos con el sofrito y las espinacas.
Mezclamos todos los ingredientes y los dejamos cocer 5 minutos más antes de servir este potaje de vigilia bien calentito.
Truco: Si utilizas una olla tradicional, es importante que los garbanzos se cocinen hasta una hora y media para que queden bien tiernos. Recuerda mantener la olla tapada y remover de vez en cuando. Si tienes una olla a presión, sigue los tiempos de cocción del fabricante.
Hay comidas como los potajes que se asocian con épocas invernales en las que apetecen más platos de cuchara. Este tipo de recetas maridan a la perfección con diferentes tipos de vino, pero sin duda alguna, hay un par de ellos con los que siempre acertarás: Rías Baixas Barrica y Rías Baixas Tinto.
Para ponerle la guinda al pastel, las torrijas servirán de punto y final a este menú. Con el permiso de otras sobremesas típicas de Semana Santa, como la leche frita, las torrijas son las verdaderas reinas de esta festividad.
La receta que te presentamos es la tradicional, la de siempre, la que ha ido pasando de generación en generación, es decir, la auténtica y original receta de torrijas de leche. ¿Sabes cuál es? La que se elabora con pan del día anterior. Aunque a día de hoy existen innumerables versiones, cómo no podría ser de otra manera al tratarse de uno de los postres más famosos del mundo (tostadas francesas o french toasts, como las conocen en el mundo anglosajón) esta es la más sabrosa.
Ingredientes:
1 barra de pan del día anterior
1 l de leche
1 rama de canela
Cáscara de 1 limón y 1 naranja
Azúcar
Canela
Aceite de oliva
Elaboración:
Comenzamos añadiendo la leche, la rama de canela y las cáscaras de limón y naranja en una olla y lo llevamos a ebullición.
Cuando hierva, bajamos el fuego y lo dejamos aromatizar unos 15 minutos.
Transcurrido ese tiempo, apagamos el fuego, dejamos que enfríe, lo colamos y reservamos.
A continuación, cortamos el pan en rebanadas de 2 cm, aproximadamente.
Batimos los huevos en un recipiente y reservamos. Además, pondremos una sartén con abundante aceite a calentar.
Después, agregamos nuestra leche aromatizada en otro recipiente y sumergimos las rebanadas de pan para que absorban el líquido.
Cuando estén bien mojadas, rebozamos el pan en el huevo batido.
¡Es hora de freír nuestras torrijas! Ayudándonos de un tenedor, les iremos dando la vuelta hasta que estén doradas por ambos lados.
Vamos colocando las torrijas en una bandeja con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
¡Ya solo queda el toque final! Mezclamos el azúcar y la canela y rebozamos las torrijas en esta dulce mezcla. ¡Y listas para comer!
Truco: A la hora de bañar el pan, no tengas miedo de dejarlo ahí durante 10 o 15 minutos. Es importante que absorba la mayor cantidad posible de leche infusionada para que se impregnen de todo el sabor y queden jugosas por dentro.
Los verdaderos winelovers ya sabrán cuál es el mejor vino D.O. Rías Baixas para acompañar este postre. Estamos hablando del Rías Baixas Espumoso, elaborado a partir de cualquiera de las variedades de uva reconocidas, tanto blancas como tintas, por el Consejo Regulador de la D.O. Rías Baixas. Y aunque este tipo de vino también va muy bien con aperitivos, los Rías Baixas Espumosos Brut, Secos o Semisecos son una opción ideal para brindar con toda tu familia mientras el vino acompaña al dulce sabor de las torrijas.
¿Ya estás saliendo hacia el supermercado más cercano a hacer la compra? Elabora este menú o introduce las variaciones que más te apetezcan. Los maridajes los eliges tú, aunque si no sabes qué tipo de vino D.O. Rías Baixas escoger, no dudes en seguir estas recomendaciones. ¡Encantarán a toda la familia!