Es probable que hayas oído hablar de los Rías Baixas como vinos atlánticos. Es una expresión que solemos utilizar, tanto en nuestra Denominación como los sumilleres, catadores, enólogos y otros profesionales del sector. Los vinos atlánticos han protagonizado uno de nuestros eventos en la Barcelona Wine Week de este 2025: la cata dirigida por el periodista y crítico de vinos Ramón Francás, La Mar de Vinos Atlánticos. Pero ¿sabes qué son este tipo de vinos? ¡Desvelemos el misterio! 😊
En España, tradicionalmente la clasificación de vinos atlánticos se ha utilizado como contraposición a los vinos mediterráneos, basada sobre todo en el clima, aunque también en la composición de los suelos. Así, los vinos atlánticos son vinos elaborados en zonas de clima oceánico; más frescas, con más lluvias y menos exposición al sol y suelos más ácidos, graníticos, arenosos o pizarrosos. Por lo general, esto produce vinos más frescos, con menos capa o intensidad de color, menos graduación y con una mayor acidez.
Los mediterráneos, que tienen su exponente en los vinos de La Mancha o los elaborados en Cataluña, Valencia o Murcia, por ejemplo, son los procedentes de zonas con mucha exposición solar y altas temperaturas. Los racimos de estas cepas maduran más rápido y, por lo tanto, generan vinos con mayor grado alcohólico, más contundentes, con cuerpo y matices a fruta madura. En general, los vinos mediterráneos son vinos más horizontales y los atlánticos, más verticales.
Sin embargo y como veremos más adelante, bajo el paraguas de vinos atlánticos hay elaboraciones procedentes de zonas muy diversas, algunas de las cuales están a cientos de kilómetros del mar, y cada vez menos expuestas a ese clima más suave a causa del cambio climático.
La viticultura atlántica en España se utiliza para definir la que se realiza en Galicia y la cornisa cantábrica. Dentro de las 9 regiones vinícolas en las que la Interprofesional del Vino de España divide el país, la zona Atlántica tiene en común viñedos de pequeño tamaño y un clima atlántico determinado por su proximidad al mar. Gracias a esto, las maduraciones se dilatan más en el tiempo y los vinos son más frescos, finos, florales o con aromas más tendentes a fruta fresca que a la madura y “con una expresión más elegante que opulenta”.
Sin embargo, dentro de esta clasificación caben vinos muy diferentes, que van desde el Txakolí vasco, los de la D.O. Cangas de Asturias, los vinos de la D.O. Bierzo a los de las 5 Denominaciones de Origen gallegas, con Rías Baixas a la cabeza.
Algunas clasificaciones que atienden más al tipo de clima que a las singularidades de las zonas vitícolas incluyen zonas de transición, como La Rioja Alavesa o Navarra, donde el clima puede ser un poco más atlántico que continental en algunos años y dar como resultado vinos más frescos que contundentes, algo que también ocurre en el Bierzo donde es posible obtener vinos atlánticos o mediterráneos.
Los vinos de Rías Baixas son atlánticos porque el océano tiene una influencia vital y directa sobre el clima, los viñedos, los suelos graníticos descompuestos por la sal del mar en lo que denominamos xabre. Y esto les aporta frescura, pero también una mineralidad y salinidad totalmente diferenciales y características de nuestros vinos, imposible de replicar en ninguna otra zona del mundo que cultive Albariño. Esta influencia del Atlántico también se da, aunque de diferente forma, en otras muchas zonas de España, de Europa, y del resto del mundo.
El Atlántico es una gran influencia para los vinos si atendemos a la gran calidad de los elaborados en zonas vinícolas próximas a nuestro océano. A los ya mencionados del Noroeste de España se suman los vinos franceses del Valle del Loira o de Burdeos; los vinos del Douro portugués; los de las también lusas islas de Madeira y Azores; los gaditanos de las D.O. Manzanilla y Jerez, los de la D.O. Condado de Huelva o los vinos canarios.
Como ves, al margen de la calidad de estos grandes vinos que acompañan a nuestros formidables Rías Baixas en esta selección, hay enormes diferencias entre ellos y más en el actual panorama vitivinícola, donde priman los vinos de finca, con peculiaridades propias de la parcela donde crecen las uvas. Diferentes territorios, suelos, orientaciones, variedades de uva, sistemas de conducción, parcelas, elaboraciones y crianzas, pero vinos extraordinarios, muchos con ese toque de frescura tan presente en los Rías Baixas.
Para nosotros está claro que los vinos D.O. Rías Baixas son el más claro ejemplo de lo que son los vinos atlánticos porque en pocas zonas vitícolas del mundo como la nuestra encontrarás viñedos tan próximos al mar como los de nuestra subzona del Val do Salnés, al borde de la extraordinaria Ría de Arousa, la más grande en extensión, producción de uva y presencia de bodegas.
Las brisas y nieblas marinas airean e hidratan los racimos, los suelos y nuestras parras, diseminadas por la llanura costera más amplia de Galicia, y también condicionan los periodos de maduración. Este impacto se produce, aunque de forma más atenuada en las subzonas de O Rosal, Ribeira do Ulla, Soutomaior o Condado do Tea, también próximas al mar, pero con orografías marcadas por cursos fluviales y con microclimas propios.
Esto da como resultado que dentro de la D.O. Rías Baixas encuentres un abanico tan amplio de tipos de vinos; blancos, tintos y espumosos con diferentes matices aromáticos y sabores. Entre ellos, nuestro Rías Baixas Albariño, destaca como un Blanco como Ninguno porque es aquí donde la uva Albariño, autóctona y adaptada a nuestro singular territorio, logra expresarse y dar lo mejor de sí, tanto al borde del mar, como de los ríos Miño, Ulla, Tea, Verdugo u Oitavén y, además aporta a los vinos una gran capacidad de envejecer y convertirse en vinos de colección.
¿Brindamos por los vinos atlánticos? 😊